jueves, 23 de diciembre de 2010

Pico La Forcada (1.108m)





Después de dos intentos fallidos por mal tiempo por fin el sábado 11 de diciembre del 2010 y en compañía de María logro finalmente llegar a la cumbre de este bonito pico que se encuentra en el concejo de Proaza.
Para llegar al punto de partida desde donde nosotros iniciamos la andadura solo tenemos que llegar al pueblo de Proaza y al final del pueblo girar hacia la izquierda justo en el desvío de la central eléctrica y una vez pasado el río dirigirnos al bonito y pequeño pueblo de Villamejín donde dejaremos el coche al lado del hotel «La Sinriella», desde este punto ya podíamos ver perfectamente el pico que teníamos que subir, el pico La Forcada (1.108m)
La temperatura a la hora de iniciar la caminata era estupenda ya que no nos hizo falta ni llevar ropa de abrigo, un día con un sol esplendido y con una temperatura de unos 16 grados cosa nada normal para ser diciembre.
Iniciamos la marcha siguiendo un camino en cementado que sin ninguna perdida sale desde el mismo pueblo en dirección sur hacia la majada de Aciera, poco a poco vamos encarando los primeros y pronunciados repechos y casi sin darnos cuenta vamos ganando altura teniendo siempre a nuestra derecha y vigilándonos todo el tiempo el pico La Forcada, seguimos siempre en pronunciada subida y llegamos al pueblo abandonado de Hiendelafaya, hoy en día compuesto solo por cinco o seis cabañas destinadas al ganado y con los restos de lo que fue en su día una capilla ya que el campanario fue desmontado y trasladado al pueblo de Villamejín.
En este punto y en una de las numerosas fuentes que encontramos por el camino paramos a coger un poco de aire y a echar un buen trago de agua ya que el calor aprieta y el sol aunque sea diciembre nos pega de cara en la subida y eso se nota a la hora de caminar.
Proseguimos ascendiendo y al poco tiempo nos situamos en la hermosa Collada de Aciera (681m), una amplia campera, límite entre Quirós y Proaza, que talmente nos parece un gran campo de golf con su hierva perfectamente cuidada en la que encontramos a algún que otro caballo que nos miraba con extrañeza al vernos allí.
Desde este punto tenemos dos maneras de afrontar el pico, una por un camino ganadero que sale a nuestra derecha y otro justo de frente de la majada donde nos encoframos que fue el que nosotros cogimos, mucho más duro y empinado pero que se va ganando altura mucho más rápidamente que por el otro lado.
Después de remontar estas primeras y duras cuestas que como digo salen justamente desde la majada nos dirigimos hasta el valle de la Forcada sin ninguna perdida ya que el camino a seguir se aprecia bastante bien y esta marcado por jitos.
Debemos afrontar ahora una dura pendiente entre riscos ya que no quisimos seguir por el marcado camino el cual utilizaríamos en la bajada, como digo nosotros seguimos por unos roquedales que habíamos observado desde la mitad de la Collada ya que el día era bueno y despejado y nos apetecía cambiar la forma de subir a la cumbre un poco.
Una vez superado el duro espolón y atravesado un rebaño de ovejas que ni se inmutaron al ver nuestra presencia enlazamos con el sendero mencionado anteriormente y llegamos a la Collada de la Forcada (1.020m.)


Nuestro objetivo, el pico La Forcada.



Los restos que quedan de la capilla de Hiendelafaya.



Las tranquilas vistas de la majada de Aciera, con el pico gorrión al fondo.



Nada más dejar la majada de Aciera ya se coge altura rapidamente.



Proaza y Villamejín desde la mitad de la subida.



Desde la cumbre de La Forcada.



Una vez arriba, tras un reparador descanso continuamos el marcado camino y sin darnos cuenta ya que están muy pegados uno de otro y creyendo que este era el pico La Forcada nos situamos en la cubre del pico La Hoya, una vez en la cumbre nos damos cuenta de que este pico no era La Forcada si no La Hoya, pero bueno con el día que hacía hicimos dos picos por el precio de uno, hacemos las fotos de rigor desde este precioso pico con unas vistas inmejorables y nos dirigimos ya sin perdía hasta el pico La Forcada el cual alcanzaríamos en no mas de 15 minutos y sin ninguna dificultad
Por fin alcanzamos el ansiado pico La Forcada (1.108 m.), esta cima, que constituye una excelente atalaya del valle de Trubia, nos ofreció ese día unas esplendidas panorámicas de la Sierra del Aramo al sur, la Sierra de Tameza con el Caldoveiro, y a nuestros pies, el valle del río Teverga, después de hacer unas cuantas fotos y un pequeño descanso regresamos por el marcado camino que sin perdida y en pronunciada bajada nos conduce otra vez hasta la majada de Aciera, desde aquí ya otra vez por el mismo camino que sin ninguna complicación y en tranquila bajada nos sitúa de nuevo en el bonito pueblo de Villamejín donde aprovechamos para tomar un vermú bien ganado en el hotel «La Sinriella» y donde estuvimos hablando tranquilamente con el amable matrimonio que lo regenta, en definitiva un sencillo pico que merece la pena conocer y que está hay al lado.

Tiempo de la ruta: 4 horas 30 minutos.
Dificultad: Baja.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Braña de los Fuexos


Primer día de nieve de la temporada.


El pasado día 25 de noviembre del 2010 las perspectivas del tiempo para ir de monte eran nefastas aunque luego al final tuvimos un día verdaderamente espectacular, así que del grupo que solemos ir normalmente solo se apuntó María y ya sobre la marcha decidimos realizar la ruta de la braña de los Fuexos (P. R. AS- 157) ya que nos apetecía pisar la nieve por primera vez esta temporada.
Como a eso de las nueve de la mañana ya estábamos desayunando tranquilamente en Teverga, una vez entrado en calor con unos buenos cafés emprendemos ruta en dirección hacia el puerto de Ventana y a la altura de Cueva Güerta giramos hacia la izquierda para llegar al pequeño y bien cuidado pueblo de Fresneo (730m) ya con un día totalmente despejado y eso que de casa habíamos salido con una intensa lluvia que nos aconsejaba dar la vuelta.
La ruta de la braña de Los Fuexos (P. R. AS- 157) comienza en el pueblo de Fresneo, importante enclave tevergano próximo a al complejo cárstico de Cueva Güerta y del yacimiento arqueológico de Fresneo.
Unas vez bien abrigados ya que el frió era intenso comenzamos nuestra caminata desde las primeras casas del pueblo girando en el primer desvío hacia la derecha, justamente allí se levanta el panel informativo y siguiendo las marcas de señalización avanzamos con ligero remonte a la sombra de un tupido bosque. Eludimos algunas variantes a ambos lados de la pista que sube a Misiegos y seguimos nuestro camino por dicha pista ahora cementada por el principado para facilitarle el trabajo en el invierno a los ganaderos ya que en las zonas que no esta cementada el barro nos llega hasta la rodilla, menos mal que a estas horas de la mañana todavía esta congelado y nos deja pasar por encima de el con facilidad, el problema lo tendremos luego a la bajada ya totalmente descongelado.
En la siguiente bifurcación giramos a la derecha (todo el camino está perfectamente indicado), asomándonos a los paisajes del cordal de la Mesa que tenemos en el horizonte meridional.
Enseguida aparecen unas cuadras a la derecha y un poco más adelante la silueta del pico Cueva Rubia que tiene una altitud de 1.041 metros. En su entorno se sitúa un yacimiento castreño, donde se aprecia un foso defensivo. Pasamos ahora por una plataforma con una pequeña área de descanso provista de mesa, bancos y el panel explicativo de la fauna autóctona de la zona.


El comienzo de la ruta protegidos por un bosque de hayas.



Las primeras rampas del día ahora asfaltadas para facilitar el paso de los tractores.






La nieve nos acompaño casi desde el comienzo de la ruta.




Llegando a «La Faya de la Medida» el paisaje nevado era ya esplendido.







Ultimo tramo y la braña de los Fuexos.



A partir de este punto la nieve ya nos acompañará durante todo el camino disfrutando de ella ya que es la primera vez que la pisamos esta temporada.
La pista sigue en fuerte subida progresando hacia las alturas con sucesivas revueltas dibujadas en la escabrosa ladera de La Sobia y bajo la sombra de un pequeño bosque de hayas. En una de las curvas de la pronunciada subida donde paramos a coger un poco de aliento y a beber un poco alcanzamos «La Faya de la Medida» con el consiguiente panel explicativo. Desde muy antiguo se conserva el tronco de una gran faya que servía para tallarse los mozos cuando se iban al servicio militar. Quien no superara la altura del tronco se libraba del servicio.
Más adelante seguimos unas huellas en la nieve de algún montañero que abra echo esta ruta el día anterior trasformada ahora en sendero de montaña y que sigue ascendiendo por espacios más abiertos que ya dejan entrever las montañas circundantes como La Siella, Vallina Verde y otras más. La señalización de pintura que nos indicaba el camino a seguir ya no la podemos apreciar debido a la gran cantidad de nieve caída, proseguimos nuestra caminata entre la nieve y cada vez tenemos que subir más las rodillas para poder avanzar entre el gran manto de nieve, proseguimos ahora por una zona llana que nos acerca a Los Fuexos tras cruzar al lado de un manantial y el depósito de aguas de la braña. Estamos al pie del panel anunciador de la misma (1.257 m.) 4, 8 Km. y en medio del bosque de espinos se reparten por el área varios grupos de corros, una cuadra de gran tamaño y restos de otras edificaciones dentro de un bello cuadro de actividad campesina, venida a menos en los tiempos presentes.
El regreso lo hacemos tranquilamente y en bajada por el mismo itinerario de subida.
Pablo Lara.

Tiempo: cuatro horas (por la nieve, si no algo menos).
Dificultad: baja.

martes, 9 de noviembre de 2010

Brañavalera 1.483m (y van dos veces este año)


Laura y Mak en la cubre del Brañavalera.


Esta preciosa ruta ya la había realizado ente invierno en febrero con una nevada impresionante y ya la tengo descrita en el blog (http://pablolaragijon.blogspot.com/2010/02/branavalera) por lo que no la voy a explicar mucho, pero como el día 6 de noviembre del 2010 nos apetecía dar un bonito paseo para ver el otoño en todo su esplendor y nadie más del grupo había subido a estos picos decidimos ir a conocer el famoso Brañavalera y el Manolete.
Creo que ni a drede pudimos coger un día tan espectacular para las fechas que estamos, tanto de temperatura como de sol y sobre todo la profundidad de campo que había para contemplar todo el impresionante paisaje que se ve tanto desde el Alto de la Cobertoria como desde los dos picos.
Las vistas no podían ser más espectaculares, a un lado y vigilándonos todo el camino la impresionante Peña Rueda con su forma piramidal, justo detrás de ella las Ubiñas, a nuestras espaldas el Aramo con las inconfundibles antenas del Gamoniteiru y en el otro lado los espectaculares Picos de Europa y justo debajo de nosotros el precioso valle de Quiros.
Para este magnífico día de monte nos juntamos, Rafa, Paco, Carlos, Laura, Pher, que era la primera vez que nos acompañaba y creo que nos acompañará más veces, mak (el perro de Laura) y el menda lerenda.
Después de desayunar todos en Proaza a eso de las nueve y media ponemos rumbo al alto de la Cobertoria donde dejamos los coches



El paisaje otoñal era magnífico durante toda la ruta.




Durante todo el camino encontramos gran cantidad de caballos.




Últimos metros antes de llegara a la cima.






El Manolete.



En la cumbre.


Desde el alto de la Cobertoria comenzamos a caminar en dirección S, por el cordal del pico Bildeo por el lado del valle de Quiros, para pasar al poco al lado contrario. Luego se anda por una loma de cota continuada, hasta encontrarse con la pista que por la dacha cae a la carretera de Las Llanas QU-5. Seguimos por pista que con dirección SE, bordea Las Colinas, Las Chafarizas y el Pico La Balsa para girar bruscamente cerca de Porciles hacia el E. Pronto llegamos al Mayau de Brañavalera donde aprovechamos para dejar las mochilas en la cabaña que allí hay y así poder subir al pico sin peso, para con dirección NE. encontrarnos con el lago Chagu, y remontando los últimos recuestos, el pico Brañavalera.
Después de hacernos las fotos de rigor en los dos picos volvemos a bajar tranquilamente hasta la cabaña donde nos esperaba Rafa ya que no quiso subir para una vez todos juntos (unos llegamos primero que otros) tomar un vermutín todos juntos en dicha cabaña con un sol y una temperatura inmejorables, una vez llenado un poco el buche y saciado el secañu con la bota de vino nos dirigimos tranquilamente y sin prisa otra vez hasta el alto de la Cobertoria.
Cambiados de ropa y calzado (barro hasta las orejas), y con una sed impresionante nos dirigimos a tomar unas birras a uno de mis sitios favoritos en Quiros concretamente en Santa Marina, el bar tienda El Rubio, no dejéis de visitar este sitio, merece muy mucho la pena.
Ya mas tranquilos y después de apagado el fuego con una buena caña y comentado un poco la magnifica jornada de monte nos dirigimos hacia Barcana donde teníamos encargada nuestra ansiada pitanza.



Un sitio que me encanta El Rubio.



Bar-restaurante El Texu
O de una honrada casa de comidas que tenía abandonada.



Siempre que voy a comer a Barzana siempre elijo Casa Jamallo que para mi es una de las mejores casas de guisanderas que hay en Asturias y con una calidad precio inmejorables al igual que el trato de sus dueños.
Esa fue una de las razones que por las que nunca me acerque a comer a este magnifico chigre y la otra razón es porque creo que no hay bar mas feo en todo el valle de Quirós, cosa que la verdad poco importa a la hora de comer pero hay veces que te echa para atrás.

¿Untarían un currusco de pan en una cazuela de callos? Pues dicho y hecho, corran al chigre el Texu y disfruten de unos cojonudos callos como Dios manda.
El chigre lo regentan una magnifica familia quirosana, guisanderos de pelo en pecho que no se amilanan ante ninguna cebolla ni pimiento choricero.
Aquí el personal trabajan como jabatos dando de comer igual de bien a toda su nutrida clientela; ganaderos que vienes con el traje de faena a comer su magnifico pote, repartidores y viajantes que no dejan escapar su suculenta fabada.
El chigre es el espíritu vivo de una familia peleona que trabajan como campeones. ¿Qué toman?, ¿vino?, para mi sidra fresca dice el bueno de Rafa con ganas de tomar un culete.
Vino fresco y casera decimos los demás, en un momento ya estábamos sentados y con la comida pedida, increíble la eficacia y la amabilidad del camarero que nos atendió.
Bueno corto el rollo y cuento las magníficas especialidades de la casa, no pierdan el tono; pidan un magnífico pote casero de verdad con una morcilla insuperable como hicimos nosotros, coman unos callos de tamaño minúsculo con patatines de sartén insuperables, prueben el jabalí, corderu y cabritu en su perfecto estado y con una salsa magnífica, verán que al fondo hay un pequeño comedor, que fue donde comimos nosotros así que pillen plaza para trincar sentados el grueso del festival, ¡vayan, vayan!; y disfruten como hicimos todos nosotros.

Antes de salir pitando pillen la tarjeta de visita y no se olviden de este sitio por muy feo que sea como me paso a mi por borrego.

Pablo Lara.
Tiempo de la ruta:Cuatro horas y media.
Dificultad de la ruta: Media
Tiempo de la pitanza: Tres horas.

lunes, 4 de octubre de 2010

Ruta de la Cabeza l’Arcu


Quizás sea esta una de las rutas menos conocida del Parque de Redes y no lo entiendo porque la verdad es de una gran belleza y si encima se hace como fue nuestro caso en la época de la berrea entonces el encanto de la ruta ya es verdaderamente inolvidable, como lo fue para nosotros.
La ruta de la Cabeza l´Arcu que hicimos María y yo el día 2 de Octubre del 2010, parte del mismo pueblo de Caleao, para llegar a dicho pueblo tenemos que coger la carretera AS17 en dirección a Pola de Laviana, seguimos hasta el final del embalse de Tanes y hay cogemos un desvío a la derecha perfectamente señalizado que nos conduce sin ninguna perdida al hermoso pueblo de Caleao.
Como a eso de las 11 de la mañana y con un día espectacular tanto de sol como de temperatura ya estábamos en la plazoleta de Caleao, la ruta sale desde la misma plaza donde podemos ver un cartel indicativo de la ruta, emprendemos nuestra caminata siguiendo un camino que discurre paralelo a un riachuelín que nos lleva derechos al antiguo lavadero del pueblo hoy ya completamente en desuso, justo antes de dicho lavadero tenemos dos caminos a seguir nosotros tenemos que coger el que gira a la izquierda y que atraviesa el pequeño riachuelo.
La pista discurre entre avellanos castaños y robles casi siempre a la sombra lo cual agradecíamos ya que el sol empezaba a calentar, así en suave y agradable ascenso y con unas vistas magníficas del pueblo según íbamos ganando altura, atravesamos la reguera de la Pasera, donde nos introducimos en un esplendido bosque de hayas que poco a poco ya empieza a coger los magníficos tonos ocres del otoño.
Disfrutando del camino y del paisaje llegamos al puente de madera de La Campa, si lleva poca agua el río como fue nuestro caso se puede vadear fácilmente por encima de las piedras.
A partir de este punto la ascensión ya es de mayor pendiente y poco a poco vamos cogiendo altura hasta llegar a la cabaña La Porquera, que está como encajada en un roquero natural, en este punto hacemos un pequeño descanso para echar un trago de agua, hay que tener en cuenta que en toda la ruta no encontraremos ni una fuente hasta casi al final de la misma con lo cual en un día de calor como el que nos cogió a nosotros hay que ir bien previstos de agua ya que solo llevábamos una botella grande para los dos y nos quedamos escasísimos.
Después del pequeño descanso reanudamos el ascenso que continúa entre hayas y castaños y ya escuchando a lo lejos la famosa berrea que es uno de los momentos más importantes de la vida para los venados y que es la época que eligen para engendrar a la siguiente generación, escuchándolos continuamente seguimos nuestro camino bien marcado en todo momento entre saltos y pozas del reguero que cruzaremos varias veces y que en poco tiempo nos situará en una portilla desde la cual y una vez atravesada y por supuesto dejándola cerrada tal como nos la encontramos , ya podemos divisar el hermoso valle de Xulió que está formado por una gran vega y un conjunto de cabañas.
En este punto y debajo de un enorme roble al lado de una de las cabañas aprovechamos para comer un pinchín y dar un trago a la bota de vino y descansar un poco acompañados en todo momento por el increíble sonido de la berrea, que como en este punto el sonido rebotaba en el otro valle todavía se hacía más impresionante que antes.
Bueno pues después del pequeño descanso nos ponemos en marcha y cruzamos la majada dejando siempre las cabañas a nuestra izquierda, después de atravesar la última de estas cabañas el camino a seguir no está nada marcado lo que en un día de niebla puede dar algún problema pero en nuestro caso con un día totalmente despejado no nos supuso ninguna dificultad.
Como a la media hora caminando recto desde la última cabaña y caminando entre cotollas y un riachuelo completamente seco, ya podemos divisar a lo lejos un montón de ganado y en el medio un poste indicativo de la ruta, proseguimos nuestra caminata en duro ascenso y al poco ya nos plantamos entre todo el ganado procurando molestar a las vacas lo menos posible ya que estamos en su territorio y no hay porqué molestar a nadie, desde la señal indicativa de al ruta las vistas de todo el valle de Xulió son impresionantes.
Aparte de las increíbles vistas también aprovechamos para coger el último respiro antes de iniciar la pendiente que nos llevará entre un hermoso bosque de hayas robles y algún que otro majestuoso carrasco (acebo) poco a poco y en dura subida pero con un paisaje inmejorable nos situamos en la parte más alta de toda la ruta donde tenemos unas vistas impresionantes de todas las montañas de Redes, con el majestuoso Retriñón vigilándonos en todo momento, en esta pequeña cima donde ya pegaba algo el aire pudimos coger unas cuantas lepiotas ya que estamos en plena época de setas.
A nuestros pies ahora el descenso que nos espera ya que la de hoy es una ruta circular, descendemos por el lado contrario del collado a través de un camino estrecho en zig-zag pasando entre arbustos con pequeñas espinas y en la que tuve que oír alguna que otra protestación de María ya que se pinchaba las piernas (recomendable llevar pantalón largo), pero bueno poco a poco y con calma y sin ninguna dificultad llegamos a la parte baja donde había unas cabañas y donde ya pudimos encontrar a algún que otro montañero que estaban haciendo la misma ruta pero a la inversa.
Tras cruzar la majada el camino vuelve a estar perfectamente indicado y sin ninguna perdida y en continuo descenso y siguendo el sendero se llaga por Prendeoriu al cruce con la ruta de los Arrudos que jamás la había visto sin una gota de agua como nos ocurrió este día, ya solo nos queda ahora seguir el camino poco a poco y sin prisas y contemplando el paisaje para llegar a la única fuente que encontramos en todo el camino y en la cual nos pusimos a beber los dos como verdaderos camellos después de dos meses sin beber.
Este tramo de ahora está siendo hormigonado por partes, para poder acceder a las cabañas que nos encontramos por el camino, todas muy bien cuidadas y en perfecto estado, al poco ya llegaremos al aparcamiento donde dimos por finalizada esta preciosa ruta.

Pablo Lara.

Dificultad: Media
Desnivel: 970 metros
Horario: 5 horas y media.
Longitud: 16 kilómetros
Calorías: 3.160

Al comienzo de la ruta las vistas de Caleao son magníficas.



Durante el comienzo, el camino está bien protegido por un majestuoso bosque.




La hermosa majada de Xulió.




María al lado de la increíble raíz de castaño que encontramos en el camino.



Durante todo el camino encontramos gran cantidad de ganado.




Desde la Cabeza l’Arcu las vistas eran impresionantes.



El último tramo de la ruta coincide con la de los Arrudos.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Crónica del Llar-I


Aquí os traigo la primera crónica del Llar, sociedad gastronómica de Gijón a la que yo pertenezco hace ya unos 25 años y de la que me hizo socio el bueno de mi padre (Dios le tenga en el cielo poniéndose ciego a marisco) el cual era un gran cocinero y un amante del buen comer y del buen beber.
Puede que estas crónicas no tengan mucho que ver con la montaña pero como nos solemos juntar casi siempre los que vamos de monte y como me piden que las cuelgue en el blog aquí pongo la primera de la temporada que la hicimos el 17 de setiembre del 2010
Esta primera crónica del vicio y el despiporre, arranco el mismo viernes a eso de las seis de la tarde cuando el amigo Rafa (montañero de pro) y yo nos dirigimos a recoger las viandas que teníamos preparadas para el festín de la cena.
Una vez recogido los encargos tanto en la famosa frutería de María José una de las mejores de Gijón donde compramos las ensaladas con sus tomates de Somió y los famosos pimientos del Padrón nos dirigimos a por los estupendos chuletones que había conseguido el doctor (Rafa), una vez recogido todos los encargos nos dirigimos a la sociedad gastronómica donde habíamos quedado con todos a eso de las siete y trenta de la tarde.
Una vez dejado todo en la sociedad y para hacer aún más hambre de la que ya tenemos habitualmente y por naturaleza, nos dirigimos al bar El Estanco en Villamanín, sobra decir que enseguida encontramos una terraza en la que descansar nuestras almas al abrigo de unas cervezas y unas sidras bien frescas.
Transcurrida una hora, más o menos, recogimos nuestra «trompa» y nos dirigimos sin más a preparar la ansiada pitanza.
Los privilegiados a este convite fueron los montañeros: Paco, Carlos, Johnny, Rafa, Ramón y el que escribe y los urbanitas: Guty, Álvaro y Marín.
Una vez instalados en la mesa magníficamente puesta como siempre por el amigo Johnny y servidas las copas con un glorioso cava que nos trajo Ramón, dio comienzo el convite con una buena fuente de quesos asturianos que nos trajo Carlos, compuesta por Gamoneu, Cabrales y la Peral, guarnecido con unos tomates de Somió con ajo y bacalao crudo que quitaba el sentido.
Cuando menos lo esperábamos, entró en escena el «carrusel» de carne a la plancha, todo un festival que no dábamos crédito a tal calidad de carne.
La carne era de ver y no creer, jugosa y de una textura en boca insuperable, con una grasa infiltrada que era puro perfume y que acompañada de los pimientitos de Padrón era algo del otro mundo.
Detrás de la cena un festín de cafés y copas de alta graduación, un poco más tarde mientras jugábamos unas partidinas a los dados con su tertulia inteligente no nos quedó otro remedio que tomar unas ginebras y unas tónicas «on the rock´s», somos sufridores natos.

Salida de la sociedad: 1/30
Vuelta al ruedo y para casa.
Hora de arribada: dato no disponible.
Seguiremos informando.

viernes, 3 de septiembre de 2010

La Olla de San Vicente


Después de calzarnos un verano de campeonato, holgazaneando como berberechos puestos a remojo, decidimos hacer toda la cuadrilla, niños, niñas, mamás, papás (o sea un verdadero caos caminando), una pequeña ruta de montaña o más bien un precioso paseo de no más de dos horas y media ida y vuelta por la ribera del río Dobra (afluente del famoso Sella), uno de los ríos más limpios y más bonitos de toda Asturias.
En definitiva que el día 20 de agosto del 2010 decidimos hacer la ruta de La Olla de San Vicente, una ruta que comos digo no tiene ninguna dificultad y se puede hacer tranquilamente con niños como fue nuestro caso.
Para llegar hasta el punto de partida hay que coger la carretera que sale de Cangas de Onís en dirección al Puerto del Pontón y a unos seis kilómetros y tras pasar el pueblo de Tonín veréis a la izquierda un restaurante, pues bueno este es el punto de partida.
Después de juntar todo el rebaño, trabajo arduo ya que eran casi diez niños los que llevábamos, iniciamos la ruta en el puente del río Dobra, que es justo en este punto donde dicho río vierte sus aguas al Sella, justo a las afueras del pueblo Cangués de Tonín. Su desembocadura configura la frontera entre los concejos de Cangas de Onís y Amieva. El Dobra nace en los Picos de Europa, su afluente principal es el río Junjumia que trae sus aguas de las mismas entrañas de los Picos de Europa.
Comenzamos a caminar con un día verdaderamente espectacular de sol y de calor y a escasos metros nos encontramos un bonito puente medieval (Puente Viejo) por donde cruza la famosa Senda del Arcediano.
Desde este punto ya solo tenemos que ir disfrutando del paisaje por un sendero perfectamente marcado entre bosques de ribera y con el hermoso Dobra siempre a nuestra derecha y sin más complicaciones al cabo de una hora nos habremos situado en la preciosa poza de tonos verdosos debido a su vegetación de musgos y líquenes de nombre La Olla de San Vicente.
Una vez en la Olla los más valientes entre los que yo no me incluyo se dieron un chapuzón en sus congeladas aguas como todos los ríos que descienden de los Picos de Europa y yo como buen friolero que soy me dedique a comer un pinchin de tortilla de patata con un trago de mi bota de vino que estrenaba ese día a la sombra de un hermoso roble, que coño más se puede pedir en un sitio tan idílico como este.
Pablo Lara.
Dificultad: Nula
Tiempo: 2 horas 30minutos. (nosotros con baño, pitanza y siesta 5 horas).

El puente medieval (Puente Viejo) por donde cruza la famosa Senda del Arcediano, al comienzo de la ruta.



El primer tramo de la ruta, siempre protegidos del sol por un bosque de ribera.




Los dos más pequeños de la cuadrilla Suki y Pelayo, los que más disfrutaron con diferencia.






Y por fin todos en manada llegamos a la preciosa Olla de San Vicente.





Los más valientes bañándose en la poza.



Después de un día por el monte lo que más presta, la merienda en un buen merenderu con unas jarras bien frescas de cerveza con casera y sidras.