viernes, 24 de octubre de 2014

Ruta del río Casaño (Cabrales)

El precioso río Casaño.



Mas que una ruta podríamos considerarlo un paseo de montaña ya que la ruta no dura mas de tres horas, ahora que solo por ver lo increíblemente limpio que bajar este río y admirar su entorno merece la pena conocer esta magnífica ruta.
Hace años yo la hice e su totalidad con el Grupo de Montaña del Santa Olaya de Gijón, pero en dirección inversa, es decir salí de los lagos de Covadonga y llegué hasta el pueblo de La Molina donde terminaba esta ruta, pero haciendo una sola parte como fue nuestra caso es totalmente apta para todo el mundo, incluso para niños. Para llegar al punto de partida, el pueblín de La Molina, nos dirigimos desde Gijón por autopista hasta la salida de Posada, donde paramos a desayunar, desde este punto proseguimos sin perdida en dirección a Carreña, una vez pasado el Alto del Ortiguero cogeremos un desvío a la derecha bien indicado que nos llevara en dos kilómetros hasta el pueblo de La Molina, el único problema es que este diminuto pueblo tiene muy poco sitio para aparcar.
Aquí dejo un pequeño resumen en fotos de esta magnífica ruta con un día de sol estupendo que tuvimos para disfrutar, primero de la ruta y después de la comida que nos mentimos entre pecho y espalda en el precioso pueblo de Camarmeña.


 Empezamos la ruta en el pueblín de La Molina donde dejamos los coches.




Comenzamos la ruta con un día precioso, bajando desde el pueblo de La Molina en dirección al río Casaño.




El río bajaba con una transparencia increible.



Ya tenemos el otoño aquí.




Imprescindible hacer un montón de paradas para disfrutar del entorno.




Atravesamos impresionantes castaños centenarios.



Pasando por uno de los puentes que encontráremos por el camino.






Parada obligatoria para  comer un pinchín y disfrutar del lugar.




Durante toda la ruta las vistas y el entorno son espectaculares.


La Fuentina (Camarmeña)


La Fuentina es el bar al que nos acercamos a comer después de hacer la ruta, está situado en el diminuto y bonito pueblo de Camarmeña, justamente encima de Poncebos, muchas veces dormí yo en este chigre que antiguamente disponía de camas cuando andaba yo por esta zona de los Picos de Europa, teníamos que subir caminando ya que de aquella no disponía de carretera, hoy en día como es natural ya tienen una pequeña carreterina la cual se coge en Poncebos y que después de unas cuantas curvas en pronunciada subida nos sitúa en este diminuto puebín de alta montaña, La Fuentina esta regentado por Juan y su mujer, la cual es hija de la mítica Guillermina que reguenta otro bar en Bulnes y que a sus noventa y tantos años todavía saluda y charra con todos los montañeros que por allí pasan. Como digo la Fuentina es un barín de montaña de toda la vida donde podremos degustar un pote, un cocido o un cordero guisado, cocinado por el mismo Juan. Pero lo verdaderamente impresionante de este chigre es que desde su terraza mientras disfrutas de la comida, como fue nuestro caso  tenemos a nuestro lado al Urriellu, puede que sea uno de los mejores sitios de Asturias para contemplar al grande, al Urriellu, así que es un sitio único en Asturias donde puedes disfrutar de la comida y estar sentado al lado de la montaña mas impresionante de España.


Esta impresionante imagen del Urriellu, era lo que veíamos desde nuestra mesa en la terraza.




Pregunta del camarero. -¿Cuantos quieren pote de primero? - Yo, yo. yo.........



Quien dijo otoño, dijo pote.



 Sirviendo y disfrutando del pote.


Estos todavía como que el pote no les convence mucho, tiempo al tiempo.

jueves, 9 de octubre de 2014

San Juan de Nieva-Soto del Barco

A lo lejos el museo de las anclas de Salinas, parte de esta magnífica ruta de hoy.



Aprovechando que el Martes de Campo no trabajaba ya que era fiesta en Oviedo, madrugué un poco y me fui yo solo a realizar esta magnífica ruta que no tiene absolutamente ninguna dificultad y se puede hacer perfectamente con niños. Si se quiere, no hace falta hacerla tan larga como yo la hice, unos 27 kilómetros, se puede salir perfectamente de Salinas y terminar la primera etapa en Santa María del Mar, para tomar el vermú tranquilamente y realizar el resto en otro par de etapas. Yo como no tenía ninguna prisa y tenía todo el Martes de Campo para disfrutar de dicha ruta, a las ocho de la mañana cogí el tren hacia Avilés y pare en la última parada, en San Juan de Nieva, un buen desayuno en la cantina de la estación y pa lante a disfrutar del día y de la ruta.
El final de la ruta lo hice en Soto del Barco, lo cual me llevó unas ocho horas y caminé unos 27 kilómetros como dije antes, sin ninguna prisa y disfrutando de la impresionante rasa costera de la zona y por supuesto parando a tomar algo cuando el cuerpo me lo pedía, cayeron dos o tres cañinas por el camino y unas buenas anchoas en una hermosa terraza.
Aquí os pongo mas a menos lo que fue este magnifico día de caminata por esta ruta costera la cual no tiene ningún desperdicio, de verdad.
Pablo Lara.

Tiempo: Unas 8 horas con toda la paciencia del mundo.
Distancia: 27 Kilómetros.
Dificultad: Ninguna.




El faro de San Juan de Nieva comienzo de la ruta de hoy, donde me dejó el tren.



Comenzamos la ruta caminando por la playa de Espartal, al fondo Salinas.




Llegamos al cuidado paseo de Salinas, al ser solo fiesta en Oviedo la tranquilidad a estas horas era máxima.


Un emblema de Salinas, las barandillas de la playa.



Desde el mismo paseo de Salinas ya podemos apreciar al final el museo de las Anclas.



Atravesamos la playa de Salinas y llegamos al famoso restaurante del Balneario de Salinas.



Una vista general desde la otra punta de la playa.



Justo antes de llegar al museo de las Anclas encontraremos esta simpática fuente, cuidado con los coches porque está situada al borde de la carretera





Entrando al famoso museo de las Anclas, todo un símbolo en Salinas.



Un sitio muy recomendable para conocer y dar un buen paseo.



Homenaje a  Philippe Costeau, por lo que dicho museo lleva su nombre.




Subida al mirador del museo.




Los famosos candados de los enamorados situados en dicho mirador.


 Otra parte del museo, el ancla de la derecha es el del Castillo de Salas, un barco cargado de carbón que se hundió en Gijón en los años ochenta.


El mirador, al fondo Salinas.


Proseguimos caminando y pasamos en lo que otrora fue el túnel del tren que transportaba el carbón desde la mina de Arnao, hoy en día hace la función de carretera.


A lo lejos la factoría de Asturiana de Zinc.


Al poco de pasar el túnel ya divisamos la preciosa mina de Arnao, la única de España que existió bajo el mar.



Vistas de la famosa mina de Arnao, hoy convertida en un precioso museo que merece la pena visitar.



La playa de Arnao y otra perspectiva de la mina .


Una vez pasado Arnao proseguimos nuestro camino siempre pegados a la mar y por supuesto con unas vistas increíbles, al fondo la Isla la Ladrona.


Bajando ya hacia Santa María del Mar encontré a algún ciclista disfrutando también de esta preciosa ruta.


Santa María del Mar, guapu pueblín.


Bajando ya hacia Santa María del Mar, operarios haciendo labores de mantenimiento de la ruta, que poco se ve esto hoy en día y como se agradece, da gusto pasear por esta ruta, si señor.





El puente de la primera playa de Santa María del Mar.



Tres valientes disfrutando en el agua en la segunda playa, yo no me atreví soy muy frioleru.





Se nota que es fiesta en Oviedo, la gente disfrutando del Martes de Campo.


Salimos de Santa María del Mar y cogemos de nuevo la senda.


Otra guapa playina en el camino.



Bajando ahora hacia la playa de Munielles.


La playa de Munielles, pequeñina playa encajada en el acantilado.




Las escalinatas por donde habíamos bajado a dicha playa.



 Estos magníficos barcos no se despegaron de mí en todo el día.



 Proseguimos rumbo hacia nuestro destino, siempre por camino perfectamente marcado.



Pasamos ahora junto a la isla de Deva, la mayor de Asturias.





Antiguas instalaciones de La Real Compañía de Asturias de Minas, intentaron hacer un centro de interpretación y un observatorio de aves, pero en la actualidad está totalmente destrozado y es una verdadera pena verlo así, creo que es un sitio privilegiado para observar a las aves.



Entre los acantilados ya podemos observar al fondo el espigón de San Esteban de Pravia.



Un poco mas adelante encontramos el vértice geodésico, no se ven muchos en la costa comparado con el monte, la verdad.



Ya tenemos a nuestros pies el Playón de Bayas con sus 3,5 kilómetros de arenal, casi nada.



Encima tenemos el aeropuerto de Asturias, durante un buen trecho de la ruta podremos observar el trafico aéreo de la zona, viendo los aviones verdaderamente cerca de nosotros.


Después del descenso ya estamos en el Playón de Bayas.


Por intentar atajar al hacer todo el trayecto por la arena me cogió una ola y aquí están mis pantalones secando porque la mojadura fue impresionante, pero sin mayores consecuencias.



Desde el mirador al cual tenemos que subir y que nos da paso a la playa de San Juan de la Arena se pueden apreciar mis huellas y donde me cogieron las olas.



Desde el alto del mirador las vistas de San Juan de la Arena son magníficas.




El mirador desde la otra parte con sus escalinatas.



Por el paseo de San Juan de la Arena.


Buena oferta playera, si señor.




La preciosa y cuidada rula de San Juan de la Arena.



El pequeñín y cuidado puerto deportivo de San Juan de la Arena.



Lanchina en tierra y al fondo San Esteban de Pravia.



Estoy aquí, prometo que esto no es un montaje, de verdad.



Salimos del pueblo y solo tenemos que seguir las indicaciones, no tenemos ninguna perdida.




Preciosa zona de la ría mientras subimos en dirección al Castillo.

El precioso Castillo.



Y después de disfrutar todo el día de esta estupenda ruta costera, cojo el tren dirección a Gijón en la estación de "El Parador", en Soto del Barco, que pena que pongan todos los meses un Martes de Campo, coño.