lunes, 30 de septiembre de 2013

Gijon-Covadonga 2ª Etapa

Sietes-Cangas de Onis

Viene de: http://pablolaragijon.blogspot.com.es/2013/03/ruta-andariega-gijon-covadonga.html

Después de haber dormido como cestos debido a la caminata del día anterior y a la tranquilidad que reina en el puebín de Sietes hacia las ocho de la mañana nos ponemos en pie, abro la contraventana de la habitación y entra una ráfaga de aire caliente que tal mente parecía que me daban una bofetada del calor que ya hacía a esa hora, según pudimos comprobar luego a las nueve de la mañana ya había 25 grados, menudo día de calor nos esperaba otra vez.
Las vistas desde la habitación a esas horas de la mañana y con el cielo totalmente despejado eran impresionantes rodeados de todo el bonito pueblín lleno de hórreos por todos los lados y justo en frente de nosotros estaba vigilándonos El Sueve, con su gran cruz en el Picu Pienzu y de sonido de fondo unos cuantos gallos dándonos los buenos días.
Nos damos una buena ducha, curamos las pequeñas heridas debido al intenso calor del día anterior, ponemos ropa limpia y como nuevos con ganas de empezar la segunda jornada, bajamos al chigre y Nuchi ya nos tenía preparado un súper desayuno que nos dio fuerzas para empezar la jornada, una vez desayunado nos despedimos de ellos y pa lante que nos queda todo el día para disfrutar caminando hasta llegar a Cangas de Onis.
Como habíamos llegado de noche a Sietes y María no conocía el pueblo pues tranquilamente decidimos dar un paseín y hacer unas cuantas fotos. Lo mas bonito de Sietes es por supuesto la cantidad de hórreos que hay, es mas, en un pequeño caminín que conduce a las inmediaciones de la iglesia desde el mismo hotel está repleto de hórreos por los dos lados y detrás de estos las típicas y guapas casas de aldea bien cuidadas y bien atendidas. En total en este pequeño pueblo tienen la friolera de 31 hórreos incluso no hace muchos años pusieron un centro de interpretación de nombre “Casa L´Horru” que si se tiene tiempo merece la pena acercarse hasta el para visitarlo. Emprendemos después de visitar el precioso pueblo de Sietes nuestro camino hacia Covadonga, para ello como siempre seguimos los garrapiellos que nos conducen sin perdida hasta el antiguo Casino de Sietes pasando antes al lado de otra capilla de ánimas donde encontramos alguna vela encendida, las cuales supongo que serán para proteger las almas de los muertos que todavía se encuentran en el purgatorio, por lo menos eso cuenta la gente de los pueblos, cogemos ahora una pequeña cuesta que nos conducirá hasta el mismo Casino, este Casino de Sietes es ahora la "Casa L´Horru" que mencionaba antes, donde nos paramos a echar un vistazo y por supuesto también le hicimos alguna foto.
Continuamos desde El Casino nuestra andadura y llegamos al pequeño pueblo de Perviyao, al poco ya podemos divisar a lo lejos nuestro próximo objetivo que no es otro que el pueblo de Anayo, seguimos nuestro tranquilo caminar disfrutando del espléndido día y pasamos ahora por otro oratorio de ánimas, uno mas de tantos que encontraremos en esta ruta, al poco volvemos a salir a la carretera por una zona repleta de plataneros y avellanos que dan una sombra al peregrino la cual se agradece un montón en un día como este, llegamos ahora a Llares donde dejamos el concejo de Villaviciosa y entramos en uno nuevo, en este caso en el concejo de Piloña.
Después de caminar por esta carretira que al final se hace bastante monótona pero sin ninguna dificultad llegamos al pueblín de Anayo, lo primero que vemos al llegar son las antiguas escuelas y la famosa bolera del pueblu y por supuesto lo que a mí mas me gusta, un bar-tienda, donde vamos a parar a realizar nuestro segundo desayuno del día que como dije en un principio venimos a disfrutar con toda la tranquilidad del mundo de esta ruta de tres días, este bar-tienda se llama La Bolera y aunque esta reformado tiene su encanto y sigue haciendo la labor de tienda que tanto se agradece en los pueblos, entramos y como era tan temprano no había ni un alma en todo el chigre, pedimos un par de buenos bocadillos de chorizu y muy amablemente nos dice el dueño que tiene unos chorizos de casa estupendos que si nos fríe un par de ellos, por supuesto no pudimos aguantar la tentación así que nos pusimos a disfrutar de uno de los mejores placeres de media mañana, un buen bocadillo de chorizu frutu de casa, lo bueno hubiera sido acompañarlo de una botellina de sidra pero era demasiado temprano, así que lo acompañamos de un par de refrescos americanos.

Casa Prida con las casas pintadas de colorinos para el famoso anuncio de Windows7


El pequeñin hotel de Sietes donde dormimos la primera noche.


Parte de los preciosos y centenarios hórreos de Sietes.


El antiguo Casino de Sietes, hoy casa del hórreo.


Camino hacia Anayo con otro día totalmente espléndido.


 
El remodelado bar-tienda de Anayo.


La singular iglesia de Anayo.


Bien pues después de reponer fuerzas nuevamente emprendemos nuestra caminata carretera adelante en dirección a la bonita y original iglesia de Anayo, proseguimos ahora en cómoda bajada pasando al lado de la iglesia con unas vistas preciosas de todo el valle de Piloña, al poco cogemos uno de los muchos desvíos bien señalizados que encontraremos en el día de hoy los cuales nos permiten acortar un buen cacho el camino y lo que es mejor, nos dan la oportunidad de salirnos de la carretera, poco a poco y en bajada nos vamos acercando al pueblo de Borines.
Proseguimos por pista ancha y en fuete pendiente con lo que la machacada rodilla de María empieza a protestar y a quejarse por lo que tenemos que disminuir un poco el ritmo pero sin mayores consecuencias ya que merece la pena ir mas despacio para ir contemplando todo este hermoso valle y el precioso pueblo de Borines.
Pasamos ahora por otra capilla de ánimas rodeada de buenas fincas y prados bien cuidados todos ellos bien concurridos de vacas y caballos, seguimos caminando en fuerte bajada y llegamos a las primeras casas del bonito pueblo de Borines, nada mas llegar al pueblo empezamos a escuchar y a ver a lo lejos los boladores típicos del verano (ver foto) y tal mente creíamos que anunciaban nuestra llegada a Borines y que nos daban la enhorabuena por llegar al pueblo, pero no, es que en el pueblo de Borines estaban en fiestas, a lo lejos ya podíamos divisar la carpa de la romería y la banda de música en procesión detrás de la Virgen de la iglesia de San Martín de Borines.
Entramos de lleno en el pueblo y nos recibe amablemente un señorín que le dice a María, niñina con esa cojera nun creo que llegues a Covadonga, parai aquí a descansar un poco, como siempre la amabilidad de los pueblos es increíble, le damos las gracias y proseguimos nuestra lenta y fuerte bajada por el pueblo de Borines. Al poco encontramos la famosa fuente La Bolera siempre con su chorro de agua fresca para ayudar a refrescarse a los peregrinos y en un día caluroso como el de hoy se agradece un montón el hacer una paradina para echar un buen trago de esta agua y contemplar todo el paisaje que se nos ofrece desde este magnífica atalaya, después de descansar un poco en esta magnífica fuente contemplando el paisaje proseguimos de nuevo nuestra bajada por el bonito pueblo de Borines, a lo lejos ya vemos la carretera que une el Alto de la Llama con la carretera de Infiesto y que tendremos que coger para dirigirnos hacia Miyares, nuestro próximo destino.
Atravesamos ahora y siempre en bajada, praderías, fincas y tierras de labor con abundante ganado, poco después cruzamos en río Borines y nos plantamos en la carretera antes mencionada que nos conducirá sin perdida ninguna y siempre llaneando hasta el pueblo de Vallobal situando un poco antes del de Miyares.
Después de un buen trecho por esta carretera local siempre entre prados y ganado y con muy pocas casas ya nos encontramos en la entrada del pequeño pueblo de Vallobal, todo el bien cuidado y con casas típicamente asturianas con vistosos corredores y techos a dos aguas. En este pequeño pueblo había una malatería, antiguo hospital que ayudaba a los enfermos de la letra, enfermedad muy común en otros tiempos, esta malatería existió entre los siglos XIII y XVIII, como en otros muchos pueblos de Asturias donde también había hospitales y albergues para ayudar a estos enfermos.
Vamos dejando atrás el pueblo de Vallobal para seguir sin perdida y siempre llaneando por esta tranquila carretera local, atravesamos imponentes y preciosas casas señoriales del estilo indiano que tantas encontraremos por esta zona, proseguimos y pasamos al lado de otra casa que hasta hace pocos años era un buen chigre con terraza donde parábamos todos los peregrinos a tomar algo antes de proseguir hacia Miyares pero hace años que este pequeño local ya cerró.
Seguimos llaneando como un kilómetro y ya vemos el precioso y señorial pueblo de Miyares, nos vamos acercando a él y ya empiezan a aparecer sus cuidadas casas a ambos lados de la carretera pudiéndose apreciar desde este punto gracias al magnífico día de sol que tenemos los majestuosos Picos de Europa al fondo, proseguimos caminando por esti pueblín tan señorial y pasamos ahora por el Palacio del Omedal conocido como la Torre de Miyares, seguimos disfrutando de este cuidado pueblo y de sus impresionantes y bien restauradas casas de indianos y ya vemos a lo lejos el famosu bar de Pili situado unos metros antes de llegar a la iglesia del pueblo.
Al llegar y sentada en la terraza charrando con la clientetela ya vemos Pili que tantos años lleva atendiendo amablemente a todos los peregrinos y montañeros que pasan por esta zona, saludamos a toda la gente que estaba tomando el vermú a esa hora en las mesinas que tiene en dicha terraza y entramos al bar-tienda a saciar nuestra sed y nuestra fame que a estas horas del día era mucha.
Este local es el típico bar-tienda de siempre en Asturias, aunque fue remodelado hace unos años sigue teniendo el encanto de siempre, con sus estanterías de madera y cristal detrás de la barra llenas de productos típicos de estos locales de toda la vida, el bar es pequenín pero muy acogedor, tiene unas pocas mesas donde siempre veremos a los parroquianos del pueblo tomando una pinta o un culete de sidra y que nos darán conversación al poco de entrar, preguntándonos sobre nuestra ruta y contándonos anécdotas de otros peregrinos y de otros tiempos pasados.
Apoyamos nuestras mochilas y nuestros bastones en el suelo junto a la barra y con la garganta seca del calorazo que hacía y de la caminata de toda la mañana pedimos una buena botella de sidra fresca, nos atiende el bueno de Mario hijo de Pili, todo un personaje lleno de amabilidad y buen humor, allí estuvimos charrando con el un buen rato y tomando todos juntos unas botellas de sidra, como apretaba el hambre le digo a Mario que nos prepare una buena bandeja de embutido y queso para acompañar a la sidra, al poco llega con un bandejón de chorizu, jamón, cecina y queso que quitaba el hipo, impresionante la calidad del embutido casero que tienen aquí, si hacéis parada en esti chigre no dudar en pedirle al amigo Mario una buena bandeja de embutido casero porque quedareis encantados.
Después de la buena fartura que nos metimos nos despedimos de toda la familia y de todos los parroquianos que allí se encontraban y con el estomago lleno emprendemos de nuevo el camino hacia Cangas de Onis, final de la segunda y divertida etapa de hoy.

Como se agradecían las zonas de sombra.


Una capilla de ánimas restaurada desde hace pocos años.


Esta virgen de Covadonga en el camino nos da ánimos para proseguir nuestra caminata.


Llegando al empinado y bonito pueblo de Borines.


Un señorin del pueblu de Borines nos da ánimos.


Los boladores creímos que era para anunciar nuestra llegada pero no, eran las fiestas de Borines.



La famosa fuente La Bolera que tanta sed quita a los peregrinos.


Atrabesando en bonito pueblo de Borines.



Llegando a la entrada del pueblo de Miyares.



Una imagen de otros tiempos en el pueblo de Miyares.



La famosa casa indiana en Miyares de Eduardo Estrada.



Llegamos al inconfundible bar de Pili en Miyares.




El bar-tienda por dentro y con mi buen amigo Mario hijo de Pili.



Impresionante, sin palabras.



Eran mas o menos las tres y media de la tarde cuando emprendemos de nuevo la marcha, al salir de Casa Pili y a esas horas de la tarde el calor era verdaderamente insoportable con el sol pegándonos de pleno y sin la menor brisa que nos aliviara un poco el calor de esas horas, debido a esto el tramo que hay desde aquí hasta Llames de Parres que no tiene ni la mas mínima dificultad se nos hizo bastante cansino con lo que nos lo tuvimos que tomar con mucha calma.
Nos acercamos hasta la iglesia de Miyares y ya podemos ver un Garrapiellu que nos indica el camino a seguir, pasamos al lado de una buena fuente y un lavadero y cogemos una desviación hacia la izquierda que nos conducirá llaneando hacia La Goleta, proseguimos ahora en suave descenso y encontramos las primeras casinas del pequeño pueblo de La Goleta, seguimos nuestra caminata y llegamos a un cruce donde encontramos un bonito hórreo donde un cartel en uno de sus pegollos nos indica el camino a seguir, como tantas y tantas veces nos vienes a saludar unos y a ladrar otros todos los perros que hay en el pueblo, mas de uno con el calor que hace solo tiene ganas de abrir un ojo para ve quien pasa y proseguir durmiendo la siesta en alguna buena zona con sombra donde está bien resguardado.
Una vez atravesado el pueblo volvemos a salir a la tranquila carretera local donde caminaremos en suave subida, volvemos a encontrar otru Garrapiellu que nos indica que tenemos que coger un desvío que sale hacia la derecha, durante un buen rato y en agradable caminata entre casas de aldea bien pobladas de vacas iremos encontrando a nuestro paso una gran cantidad de casas de turismos rural las cuales llaman la atención al caminante debido a la gran cantidad de ellas que se encuentran por el camino, proseguimos ahora en suave pendiente y llegamos al barrio del Cotal donde encontraremos un precioso mirador con bancos y fuente para disfrute del caminante, hacemos una pequeña parada para refrescarnos y descansar un poco y disfrutando de sus  magníficas vistas hacia la zona del Sueve, después de beber los dos como verdaderos camellos rellenamos nuestras cantimploras y  emprendemos de nuevo camino hacia Llames de Parres.
A partir de este punto disfrutaremos de un cómodo y largo camino siempre en bajada lo cual nos anima a proseguir nuestra larga caminata disfrutando de todo este paisaje y de las vistas que seguimos teniendo de todo el cordal del Sueve. Después de la bajada atravesamos el puente sobre el río Cúa, con el increíble calorazo que estamos pasando bien apetecía bajar a remojar los pies y refrescarnos un poco aunque el pobre río este verano baja con poquísima agua, en este punto ya empezamos a escuchar el molesto ruido de motores que nos acompañará durante un buen rato en nuestra caminata y que no es otro que el ruido de los de los karting del circuito de Soto Dueñas que encontraremos un poco mas adelante.
Pasamos ahora por un túnel bajo la carretera nacional que nos situara en el pueblo de Soto de Dueñas y que nos indica que ya estamos en un nuevo concejo, en este caso en el concejo de Parres. Aquí en este punto llamado “Les cases del puente” toda la vida había un buen chigre con terraza y merenderu donde parábamos a tomar siempre una buena cerveza bien fresca y refrescante antes de acometer la subida hacia Llames de Parres pero por desgracia hace unos años que ya está cerrado..
Seguimos las indicaciones y pasamos por el antiguo puente que atraviesa el río Piloña por donde pasaba la carretera nacional en otros tiempos y que ahora esta en desuso, un poco mas adelanta cruzamos las vías del FEVE y al poco nos situamos en Villar de Güergu.



Menudo día hacía para tender la ropa.



Pasando ahora por ahora por las viejas y abandonadas escuelas.



¿Cual de los tres estaba mas destrozado por el calor?



Autorretratos.



Atravesando el río Piñoña.

Sufriendo en la subida a Llames de Parres.

A lo lejos ya podemos divisar la piscifactoría que nos indica que ya nos acercamos a la subida que nos conducirá al pueblo de Llames de Parres nuestro próximo objetivo, al poco ya tenemos a nuestro lado el río Piloña, en este punto coincidimos con la famosa ruta del Camino de la Reina, este tramo hasta Llames de Parres se nos hizo muy pesado y lento por culpa del intenso sol y calor que hacía a esas horas ya que otros años que lo hice no lo recuerdo con ninguna dificultad, siguiendo los Garrapiellos y en dura subida llegamos a las primeras casas del bonito pueblo de Llames de Parres donde hacemos una pequeña parada para coger fuerzas después de la larga y dura subida, nos acércalos hasta la plaza del pueblo de nombre el Collaú de Llames, talmente nos parecía un pueblo fantasma cosa que no me había ocurrido nunca ya que siempre tiene mucho movimiento entre gente del pueblo y peregrinos, mas o menos serían las cinco de la tarde cuando llegamos y yo creo que la gente debido al calor que hacía a estas horas estaba todo el mundo a la fresca dentro de las casas durmiendo la siesta esperando a que cayera la tarde y la cosa refrescase un poco.
El pueblo de Llames de Parres es muy famoso entre los peregrinos ya que si se hace la ruta en dos días como yo la hice siempre este pueblo es parada y fonda de la primer noche para la mayoría de los peregrinos y en esta plaza del pueblo siempre encontraremos a mucha gente tomando algo de sidra o una cervecina bien fresca antes de dirigirse al albergue de la Pesa situado un poco mas adelante donde tantas y tantas veces nos dieron de cenar tan bien y descansamos en una de sus buenas literas atendidos con gran amabilidad por su sueña y su hijo.
Una vez en el Collaú de Llames tiramos las mochilas en la en el prao de la carballera y decidimos que con el cansancio que traíamos debido al calor íbamos a hacer una parada en condiciones, lo único que nos pedía el cuerpo a esas horas era un buen helado y mucha bebida fría, me acerco hasta el famoso chigre de nombre “Lla Venta del Collaú” donde tantas veces paré otros años y coño cerrado por vacaciones, pero menos mal que por suerte estaba abierto el bar de la asociación de mayores “Amigos de la Cuesta Bobes” que está justo enfrente del otro y que después de tantos años desconocía por completo, me atiende un señor de gran amabilidad el cual me dice, menudos huevos pa caminar con esta calor, le pido los dos helados mas grande que tenga de chocolate y me acerco a donde está María toda despatarrada disfrutando de la sombra de la arboleda de la carballera, a los cinco minutos vuelvo a entrar a por otros dos helados y a por dos botes de refresco, el paisanin del bar se descojonaba de la hambruna de helados y de la sed que traíamos. Después de un buen descanso bien merecido y de reponer fuerzas nos despedimos del amable señor del bar y de su cariñoso perrín y poco a poco ya que volver a caminar al principio y hasta que vuelves a calentar cuesta un poco pero con el par de helados que nos metimos entre pecho y espalda talmente parecía que nos habíamos dopado porque nos encontrábamos como nuevos.
Cogemos la carreteríana local que muy cómoda mente y cuesta abajo nos conduce dirección hacia la iglesia del pueblo, donde nos desviamos hacia la derecha por un caminín bien marcado que pasa entre la iglesia y el cementerio, atravesamos ahora el río Beleño y emprendemos la subida de una cómoda pista donde contemplamos unas impresionantes vistas del río Piloña con sus aguas que bajan con una tranquilidad que talmente parece que nos dicen que no nos apuremos y que disfrutemos de este impresionante día de sol y de todo el paisaje que nos brinda esta magnífica ruta andariega.
Proseguimos nuestra tranquila caminata por el “Camín de la Reina”, precioso camino que va pegado a la orilla del río Piloña entre  la frondosa arboleda que tanto agradecemos en estos días de calor, acompañados por el sonido del  río. Al poco pasamos por el famoso coto de pesca “Del Golondrón” seguimos y un poco mas adelante ya vemos a nuestra derecha y un poco mas alto la capilla de San Lorenzo (ver foto) lo que nos indica que estamos llegando al pueblo del Romillu, Al poco salimos a la carretera y emprendemos la última y larga subida del día que en pausada caminata por el esfuerzo nos situará al lado de la capilla de San José de Arenes, donde cogeremos un desvío a la izquierda bien marcado por un “garrapiellu”.
Caminamos ahora por cómodo sendero en cuesta abajo y ya podemos divisar a lo lejos el río Sella que nos indica que ya nos queda poco para terminar esta segunda jornada de peregrinación hacia Covadonga, esta senda por la que ahora caminamos rodeados de bosque y gran arboleda a los dos lados del camino y solo escuchándose el sonido de los pájaros creo que es uno de los tramos mas bonitos de toda la ruta. Proseguimos poco a poco caminando y disfrutando del paisaje cuando ya podemos divisar  a los imponentes Picos de Europa señal de que nos estamos acercando ya a Cangas de Onís, al poco y caminando ahora en cómoda cuesta abajo ya podemos apreciar también el Monasterio de San Pedro de Vilanueva lo que es hoy el Parador Nacional.
Llegamos ahora al cruce de la carretera que une Arriondas con Cangas de Onís, caminamos unos metros por la senda peatonal que une estos dos pueblos y que si la siguiéramos nos conduciría también sin perdida a Cangas de Onís con lo cual es otra posibilidad para el peregrino pero en nuestro caso seguiremos la ruta tradicional y la de siempre que creo que es bastante mas bonita ya que va todo el tiempo a la orilla del Sella y no pegados a la carretera en la que tanto tráfico abunda por el verano. Ya vemos ahora al otro lado de la carretera el hotel La Vega donde vemos una indicación, cruzamos la  carretera para proseguir nuestro camino y así abandonar la carretera general.
Atravesamos un puente llamado el puente Vieyu y cambiamos nuevamente de concejo, dejamos el de Parres y entramos en el de Cangas de Onís, nada mas pasar dicho puente llegamos al pequeño y precioso puebín de Villanueva pegado al río Sella con sus casas colgadas mirando al río, en este punto decidimos parar a tomar una botellina de sidra y celebrar nuestra buena caminata en el bonito bar de Villanueva “La Casa del Lecheru”, bar acogedor de los de toda la vida con una estupenda terraza mirando al puente que atraviesa al Sella, que maravilla de sitio sentados en la terraza y disfrutando del atardecer y viendo como se reflejaba el sol en el río creo que fue la botella de sidra que mas disfrutamos de toda la ruta. Nos despedimos de la buena gente del bar y proseguimos nuestra caminata hacia Cangas,  cogemos una senda que va pegada al río y la cual creo que también es una de las partes mas bonitas de toda la ruta, en esta senda que comunica Villanueva con Cangas ya encontraremos a mucha gente de ambos pueblos y a turistas que disfrutan de este camino a la caída de la tarde y que muy amablemente nos saludarán al pasar.

Preciosa fuente que pusieron en una casa para dar de beber a los peregrinos.


El pueblin de Llames de Parres.


La iglesia de Soto de Agues donde cogeremos un desvío a la izquierda.


Ya solo nos faltan diez kilómetros para concluir nuestra jornada de hoy.



Otros dos amigos que hicieron la ruta con nosotros.

Seguimos avanzando con el sonido del río acompañándonos y poco a poco vamos pasando por famosos cotos salmoneros como “El Brezu” y “El Golondrosu” sitios muy codiciados y valorados por los pescadores del afamado salmón proseguimos y ya encontramos las primeras casas de Cangas de Onís y un poco mas adelante ya podemos ver a lo lejos la nueva rotonda que evita desde hace poco que los coches tengan que entrar en Cangas para dirigirse a Covadonga.
Bueno señores y como quien no quiere la cosa ya estamos en Cangas de Onís, un garrapiellu nos indica que tenemos que subir unas escaleras que nos introducirán poco a poco en Cangas. Empezamos a caminar por las calles repletas de turistas en esta época del año y nos dirigimos ansiosos hasta el hotel Favila en el cual habíamos reservado habitación, como cambian los tiempos con esto de la crisis y lo digo porque hace unos cinco o seis años reservar una habitación en agosto solo una semana antes habría sido imposible en agosto por menos de cien euros, pues ahora en este hotel nada rustico en plan inserso de Benidorm pero muy bien en cuanto a comodidad y limpieza, una habitación súper amplia con un baño enorme aire acondicionado catorce mil canales en la televisión y un buen desayuno TODO por 48 euros, creo que es lo único bueno que tuvo esta crisis que toda esta gente que se dedicaba a explotar a los turistas por el verano se bajaran de una vez por todas de la burra y ponen precios razonables para estos tiempos.
Llegamos verdaderamente desechos a la habitación pero una vez que te das una buena ducha de media hora, cremas y demás parafernalias uno queda como nuevo y ya le apetece salir a dar una vuelta por Congas a tomar un culete de sidra antes de cenar. Así que ponemos unas bermudas una camiseta y chanclas (si algo presta después de una brutal caminata es poner ropa limpia y unas chanclas, es algo indescriptible).
Salimos del hotel y las calles de Cangas de Onís parecían la calle Corrida en plenas fiestas de Begoña todas las terrazas repletas de turistas y cientos de gente caminando y paseando por la calle, la verdad que mucha vida tiene este pueblo por el verano, nos dirigimos entonces a saludar a Celso el de la Sifonería, todo un personaje, para reservar una mesa para cenar, a lo lejos ya le vemos como loco atendiendo todas las mesas de la terraza con su amabilidad de siempre, nos acercamos y le digo que si tiene una mesa para cenar, casi le da un ataque de risa y me dice –tu crees que el 16 de agosto a las diez y media de la noche voy a tener una mesa libre Pablin.
Así que tomamos una botellina de sidra en la barra tranquilamente nos despedimos de él y proseguimos nuestro corto paseo por Cangas ya que el cansancio y la fame eran grandes. No sabíamos donde cenar ya que estaba todo abarrotado y teníamos ganas de cenar en un sitio tranquilo y sin mucho barullu, cosa difícil en verano en Cangas, nos dirigimos camino hacia los chigres de la zona del río y vemos una sidrería casi vacía de nombre “El Trasgu”, cosa que a mí me echaba un poco para atras un nombre tan turístico y tan cutre desde mi punto de vista personal, entramos y solo había una par de paisanos tomando una pinta y un matrimonio ingles cenando, pedimos mesa para cenar y el camarero todo amabilidad nos dice que nos sentemos donde queramos, dicho y echo, con mas hambre los dos que carpanta nos sentamos en una mesina de una esquina, nos trae la carta y me comenta que aparte de lo que hay en dicha carta tiene unas chuletas de campeonato ya que tiene un familiar carniceru aquí en Cangas y que son espectaculares, yo casi no le dejo terminar de hablar y le pido la mas grande que tenga y que me la acompañe de dos kilos de patates frites, María pide otro de los grandes platos de los peregrinos, dos huevos con patates y jamonín bien frito, pura ambrosia (ver foto),  después de un día camiando.
Tomamos unos culetes de sidra mientras nos lo prepara y al poco el camarero y dueño nos trae la estupenda cena, a ella el estupendo plato que antes mencionaba y a mí me trae una súper chuleta cruda en un plato con una pinta impresionante y una plancha para que yo la haga a mi gusto y un cuenco con sal maldon, impresionante, jamás pensé que en un sitio que nunca habíamos entrado y en pleno mes de agosto en Cangas íbamos a encontrar un sitio tan acojonante. Yo cayéndome la baba me pongo a trabajar tan digno manjar, la pongo en la plancha y empiezo a escuchar el suave crujir que hace la carne al ponerla en la plancha, cuando empieza despacín a cambiar de color le doy con mucho mimo la vuelta y repito la operación, ya tengo la carne caramelizada por las dos partes, así que pal platu, ahora pocas complicaciones, cuchillu, tenedor, patates y una buena botella de sidra y a disfrutar de tan suculento manjar (ver fotos), pues señores y señoras que sepáis que por esta impresionante chuleta con sus majestuosas patatas de sartén me cobraron solo 13 euros, si, si, solo 13 euros,  no dejéis si algún día os acercáis a cangas de probar esta estupenda carne de la sidrería el Trasgu. Después de la opípara cena estuvimos tomando un café en la barra con ellos, el camarero el dueño y la cocinara la mujer y nos comentaban que la acababan de abrir y que tenían mucha ilusión puesta en ella, pues yo desde aquí les digo que es un sitio acojonantemente bueno para comer.
Bueno pues fartucos como gochos y muertos de sueño nos dirigimos al hotel que mañana tenemos cita con la Santina, será nuestra ultima jornada.
Pablo Lara.

Dificultad: Baja (solo la paliza de kilómetros).
Tiempo: 11 Horas con once mil paradas para disfrutar del día.

Pasando por la famosa capilla de San Lorenzo.


El parador de Cangas de Onis ya nos indica que no nos falta nada para terminar esta jornada.


Atravesando el Sella.


Como solo nos faltan dos kilómetros para llegar paramos a tomar un buen culete de sidra en el pueblo de Villanueva, de tras el puente que atraviesa el Sella.


Ya con la tarde cayendo vamos caminando pegados al Sella y contemplando sus famosos cotos salmoneros.

Aquí pongo unas fotos de la impresionante cena que nos metimos en la sidrería el Trasgu y que desconocíamos por completo, calidad precio inmejorable.


Parte de los famosos Garrapiellos del segundo día y que tan buena labor hacen al caminante