lunes, 14 de octubre de 2013

Peña Ventosa

El buzón de cumbres de Peña Ventosa.

Por humilde que parezca la altura de este precioso picacho, ya que solo mide 1.437m, uno tiene que esforzarse bastante para hacer cumbre en él, por un lado tenemos que superar un desnivel de casi mil metros de altura con lo que eso conlleva y luego realizar unas cómodas trepadas para poder llegar hasta su cumbre, así que este pico de tan poca altura exige algo mas esfuerzo de lo que nos tienen acostumbrado estas modestas alturas.

El punto de partida para esta bonita y dura ruta de montaña en el pueblo de San Pedro de Bedoya, para llegar hasta el nos dirigimos hasta Unquera, proseguimos hasta Panes y un poco antes de llegar al famoso pueblo cantabro de Potes cogemos una desviación hacia la izquierda que nos conduce en poco tiempo hasta el puebín de San Pedro de Bedoya (550m).
Comenzamos la dura y bonita ruta hacia la Peña Ventosa a eso de las once de la mañana con un sol y una temperatura inmejorables, nada mas empezar y desde el mismo pueblo cogemos una pista que ya desde el comienzo es en fuerte y dura subida sin descanso hasta llegar al collado donde está el refugio. Cruzamos nada mas empezar el puente del río Santo y emprendemos la subida por la pista que recorre el valle y los montes de Bedoya a través de un bonito robledal de nombre “Territorio Canopy” y siempre como digo en pronunciada subida y ganando altura rápidamente, encontraremos un par de bifurcaciones por el camino pero nosotros seguiremos todo el tiempo sin salirnos de la empinada pista y continuando nuestra andadura a la sombra del robledal, al poco llegamos a un abrevadero en el que paramos a coger agua y a realizar un pequeño descanso para refrescarnos ya que el calor empieza a apretar y eso que estamos caminando todo el tiempo a la sombra. Todo este camino es el antiguo Camino Real que unía Liébana con la marina hasta que a mitad del siglo XIX se construyó  la carretera de la Hermia.
Después de una hora larga por esta senda que no nos dio tregua ni un momento y nos puso a prueba nuestras piernas llegamos al collado Taruey (1.234m) un collado con unas vistas impresionantes a todo el valle y donde está situado un refugio de montaña y una cuadra para el ganado, en este punto volvemos a realizar un descanso para agruparnos todos ya que desde este punto iniciaremos el ascenso a  Peña Ventosa. Después del breve descanso volvemos a colocarnos las mochilas y emprendemos la marcha por senda bien marcada hasta un pequeño collado (1.332m) desde el cual ya podemos ver nuestro objetivo, Peña Ventosa, descendemos ahora unos metros para después de un largo e incomodo trayecto a media ladera iniciar el costoso ascenso a la Peña.
Un espectacular y aéreo cresteo nos acerca a la última pared (ladera S.), nos encaramos primero por una zona herbosa y por supuesto ayudándonos de las manos en todo momento, pasamos después a una zona pedregosa la cual atravesamos con sumo cuidado debido a la gran cantidad de piedras sueltas que encontramos. Tras una pequeña trepada desembocamos en otra empinada canal la cual también tenemos que atravesar ayudándonos de las manos, después de esta trepada cogemos un poco de aliento y nos refrescamos un poco ya que el sol nos estaba castigando de lo lindo a estas horas, emprendemos de nuevo la dura subida y cogemos el último tramo el cual realizamos también con ayuda de las manos pero ya un poco mas suave que los anteriores y por fin y después del duro esfuerzo llegamos a la cumbre de Peña Ventosa (1.437m), esta peña no destaca en absoluto por su altitud, pero si que destaca por su ascensión expuesta y complicada la cual me sorprendió muchísimo ya que para mí este pico era totalmente desconocido y por supuesto también me sorprendió gratamente por ser una magnífica atalaya desde la cual pudimos disfrutar de unas extraordinarias vistas.



Subiendo por la pista que sale del pueblo.

A lo lejos por fin ya divisamos el refugio.



El collado Taruey (1.234m) donde hicimos un pequeño descanso después de la dura subida por la pista.


Iniciamos el camino hacia la cumbre.


El camino a seguir se aprecia perfectamente.


Después de alcanzar otro pequeño collado ya podíamos divisar a lo lejos (foto con zoom) nuestro objetivo del día.



Aunque de modesta altura Peña Ventosa exigía alguna trepada interesante.


El grupo disfrutando de las vistas desde la cumbre.


El pueblo de Santa María de Lebeña (215m) donde termina nuestra ruta de hoy.



Las vistas desde la cumbre con un día tan despejado eran preciosas.

Como siempre después del descanso en la cumbre y de las fotos de rigor nos preparamos para el descenso el cual realizamos por el mismo camino y con mucho cuidado, poco a poco y apoyando el culo vamos descendiendo y perdiendo altura siguiendo siempre los pasos del compañero que va delante, volvemos a crestear y nos situamos en una pequeña majada la cual elegimos para comer ya que el tiempo se nos echaba encima, poco pudimos comer la mayoría ya que con el esfuerzo y el calor de la subida a la mayoría se nos había terminado la bebida y lo que me menos nos apetecía era comer, así que simplemente comimos unas galletas y algo de chocolate y volvimos a emprender la marcha hasta el refugio por el que  habíamos pasado por la mañana.
Desde este punto ya es todo bajada hasta el final de la ruta, primero pasamos por un precioso hayedo donde nos juntamos de nuevo con los senderistas los cuales habían visitado un bosque cercano de tejos, proseguimos nuestra caminata por senda bien marcada y llegamos a una pista que en duro descenso pero con unas vistas impresionantes y en algo mas de dos horas de bajada nos conduce sin perdida al pueblo, las  agujetas que tuve por esta interminable bajada fueron impresionantes.
Esta larguísima y empinada bajada va recorriendo en zig-zag todo el valle de Los Casares siempre con unas impresionantes vistas sobre Santa María de Lebaña (215m) final de nuestra ruta, ojo al desnivel de bajada ya que empezamos desde (1.437m), casi nada. Bueno pues como digo poco a poco y con las piernas bien cansadas llegamos al bonito y cuidadísimo pueblo de Santa María de Lebaña donde nos estaba esperando el autobús para recogernos, el único fallo de este precioso pueblo el cuan yo desconocía y me sorprendió muy gratamente fue que tuviera un chigre para tomar una buena cervecina fresca después de las 8 horas de caminata que nos habíamos metido.
Pablo Lara.
Tiempo: 8 horas.
Dificultad: Alta.


Después del descenso nos situamos otra vez en el colladoTaruey con el refugio al fondo.



Ya en en descenso atravesando el bonito hayedo.



Atravesamos un claro y nos volvemos a introducir en el impresionante hayedo.



La segunda parte de la bajada por pista debido al impresionante calor se nos hizo interminable.


El sol castigaba tanto que parte del grupo aprovechó sus paraguas para protegerse ya que en toda la bajada no había nada de sombra.


Pocas veces nos hizo tanta ilusión a todos encontrar una fuente.



Llegamos al pueblo de Santa María de Lebeña (215m) al fondo Peña Ventosa (1.437m).


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