El día 8 de septiembre del 2009, uno de los días más calurosos de todo el verano hicimos la conocida ruta del Lago del Valle, a esta ruta fuimos, Johnny y Begoña (estos nunca me fallan), el amigo Rafa, Carlos y Joanna, y por supuesto Paco, otro amigo que casi siempre me acompaña por el monte y por supuesto el que escribe.
Esta famosa y fácil ruta pertenece al Parque Natural de Somiedo, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO.
Para llegar al punto de partida lo primero es llegar a Pola de Somiedo y desde aquí dirigirnos al pueblo del Valle del Lago por una carreterina de unos 8 kilómetros de empinada subida y fuertes curvas, el pueblan está situado a unos 1.200 metros de altitud, y hoy en día está prácticamente dedicado al turismo con abundantes hoteles, casas rurales y restaurantes.
El pueblo tiene cuatro barrios, Ribaluenga, La Caleya, La Quintana y L'Auteiro, todos ellos muy bien cuidados cosa que siempre se agradece cuando se visita un pueblín asturiano.
Nosotros dejamos los coches en este último barrio el cual dispone de un buen aparcamiento y una buena fuente para cargar agua para el camino ya que solo encontraremos otra fuente a mitad de la ruta. Como a unos 200 metros sale una pista que asciende paralela al río del Valle, este camino carretero es de uso exclusivo para los ganaderos del pueblo y los guardias del parque.
Nada más comenzar a caminar por esta pista completamente llana y sin ninguna dificultad, el sol ya nos caía a plomo y con una temperatura que rondaba los 30 grados, pero bueno con unas buenas gorras un poquitín de crema y unas gafas de sol todo arreglado.
La pista comienza entre prados repletos de ganado en los cuales ya podemos deslumbrar los primeros Teitos.
La cabaña de Teito , es una construcción típica del occidente asturiano, sobre todo en la zona de Somiedo, es una cabaña de piedra con una cubierta vegetal compuesta de escobas, que comenzaron a construirse hacia el siglo XII y están basadas en las construcciones de los antiguos y famosos castros de los Astures.
Al poco pasamos por una zona con abundantes avellanos y hayedos lo cual se agradece por que nos dan un poco de sombra fresca en este día tan sumamente caluroso, aquí ya encontramos la primera bifurcación en la que encontramos una indicación a la izquierda que nos manda a los lagos de Saliencia, y otra hacia la derecha que nos indica nuestro camino hacia el Lago del Valle.
Proseguimos caminando sin ningún problema ni dificultad rodeados todo el tiempo por grandes praderías repletas de ganado vacuno y al rato encontramos otra bifurcación una hacia la izquierda que sigue por la pista hasta llegar a las praderías del Valle y tras una corta subida, alcanzar el Lago del Valle pero sin ningún árbol que nos de un poco de sombra o bien tomar el camino carretero que sale hacia la derecha, que fue el que nosotros cogimos que nos llevará hasta las Braña de Murias y aunque es un poco más largo y un poco más pindio iremos todo el tiempo a la sombra acompañados de unos magníficos castaños, hayedos y sobre todo avellanos. Según vamos caminando y cogiendo altura las vistas de todo el valle son verdaderamente magnificas.
Ahora empezamos a subir unas pequeñas y empinadas cuestas donde el grupo comienza a separarse un poco debido más al calor que a dicha cuesta, pero sin ningún problema ya que son de escasa longitud y además siempre por la sombra, bueno pues al rato coronamos estas pequeñas rampas y llegamos a una fuente donde nos refrescamos y nos volvemos a agrupar todos, desde aquí el lago todavía no es visible pero en verdad no nos queda ya casi nada para llegar al ansiado Lago del Valle, el lago más grande de Asturias.
Al comienzo de la ruta.
El primer Teito a lo lejos con un magnífico bosque detrás.
El pelotón se alarga en las subidas y cayéndonos el sol a plomo.
Aquí está Rafa preparando el vermú mientras Paco intenta esconderse del duro sol.
El pequeño muro de contención del Lago del Valle.
Increíble la cantidad de ganado que encontramos por el camino con Teito al fondo.
Los afamados Teitos de Somiedo.
El camino llanea y desciende hasta llegar al mismo lago y como a los diez minutos y sin darnos cuenta ya divisamos el pequeño muro de contención que fue echo en su día para hacer un pequeño salto de agua para generar electrizad en la zona.
Una vez en la orilla y quitados todos las mochilas pudimos contemplar esta maravilla de lago de origen glaciar el cual tiene una pequeña isla en el medio, también podemos divisar justo detrás de él los majestuosos montes que lo encierran y justo por encima de estos picos un cielo azul como hacia tiempo que no veíamos sin una mísera nube que nos estropeara el día.
Mientras unos hacinamos unas fotos y otros charlaban un poco del paisaje, el fartón del amigo Rafa empezó a cortar un poco de embutido y pan de escanda, metió su bota de vino a refrescar en el lago y al minuto teníamos un espectacular vermutín que nos alegró la estancia en el lago, la verdad es que el día que nos falte rafa y sus viandas lo echaremos mucho de menos.
Después de llenar un poco el buche y como seguía haciendo un sol de justicia Carlos y yo nos dispusimos a darnos un buen chapuzón, teníamos un poco de miedo por si el agua estaba congelada pero ni mucho menos, con el calor que hacia estuvimos nadando y refrescándonos un buen rato, de los demás nadie se atrevió a bañarse, ellos se lo perdieron.
Pues nada una vez secados al sol como las lagartijas, cruzamos el muro de contención del lago cogemos la pista que nos conducirá sin perdida y todo el tiempo cuesta abajo hasta el pueblo del Valle del Lago atravesando durante el camino unos cuantos Teitos y montón de cabezas de ganado.
En resumen una sencilla y fácil ruta de montaña que se realiza en una mañana sin ningún problema y contemplando unos magníficos paisajes.
Una vez llegado al pueblo un poco más adelantados que el resto del grupo, paco y yo entramos en el primer chigre que encontramos a mano izquierda el cual tenía una magnifica terraza a la sombra y allí nos sentamos a esperar al pelotón tomando una cervecina con casera que después de una ruta y con el calor que hacía sabe verdaderamente a gloria, en cuanto pasaron los demás por delante y vieron nuestro vaso de sidra empañado por la fría y apetecible bebida no dudaron en entrar y tomar «un papau» como dicen en Lastres en aquella magnifica terraza.
Como siempre y una vez aseados un poco en la fuente y cambiados de ropa nos dirigimos al centro del pueblo donde tomamos una buena botellina de sidra y nos dirigimos sin más al Hotel Valle del Lago donde habíamos encargado como siempre y por petición mayoritaria un buen pote, y un buen cabritu.
El pote de esta zona nos recordaba mucho por su sabor al pote gallego otro de los grandes potes del norte, ya que por lo menos el que nosotros comimos llevaba navizas típicas de esa zona en vez de verdura, el que nosotros comimos en este hotel estaba bien, correcto pero bueno nada del otro mundo ni tampoco como para tirarle flores pero en líneas generales bien, más rico de sabor que de presencia pero para mí con bastante falta de compongo, por otro lado el cabritu tierno como la espuma y exquisito, de bebida nos pusieron un vino de uva mencia del año que estaba tan rico que nadie opto por echarle casera ya que estaba muy fresquin y entraba solo, por lo demás un sitio muy acogedor ya que nos pusieron un pequeño comedor para nosotros solos con su televisión y su chimenea (como para encenderla estaba el día) y una gran amabilidad por parte de los dueños, tanto del padre como de la hija, en conclusión sitio acogedor con una comida más que aceptable en la cual tocamos con postres chupitos y cafés a 14 euros por persona, que coño más se puede pedir por ese magnifico precio por el verano en Asturias una de las provincias que más se ríe de los turistas con sus precios y su calidad a la hora de comer por el verano.
Pablo Lara.Tiempo de la ruta con baño y vermú por gentileza de Rafa 4 horas.
Duración del almuerzo 3 horas.
La ansiada cerveza con casera después de cualquier ruta.
No podía faltar la foto del pote.
La última paradina en Proaza antes de ir para casa.
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