martes, 27 de noviembre de 2012

35 Semana Internacional de Montaña de Gijón



Ayer día 26 de Noviembre del 2012 dio comienzo la 35 Semana Internacional de Montaña de Gijón con un cartel inmejorable como todos los años.

Hacia las ocho de la tarde muchos de los amantes de la montaña de Gijón y de Asturias nos preparábamos para ver por primera vez en Asturias la fenomenal película sobre el mal logrado rescate del montañero Iñaki Ochoa de Olza en uno de los ocho miles mas peligrosos del mundo el Annapurna, como digo impresionante película donde los rescatadores narran como pasaron aquellos días en el intento de rescate con imágenes reales de esos duros días.


«Tenemos problemas, Iñaki no está bien». Estas palabras pusieron en marcha un operativo de rescate en el Annapurna que movilizó sobre el terreno a catorce montañeros de diez países -más otros muchos que colaboraron organizando el dispositivo y buscando ayuda- en una operación complicada en la que las opciones de éxito eran pocas. Unos días después, el navarro Iñaki Ochoa de Olza fallecía en la cordillera del Himalaya a 7.400 metros de altitud. Era mayo de 2008. Ayer, en el Teatro Jovellanos un documental mostró al numeroso público reunido en la primera jornada de la Semana Internacional de Montaña de Gijón los entresijos de la operación de rescate. Cuatro días en los que los montañeros implicados lo dieron todo: «Sabíamos que las posibilidades eran pequeñas, pero había una oportunidad».


Con 'Pura vida', Pablo Iraburu y Migueltxo Molina dibujan una historia de solidaridad y amistad. También, de pasión por la montaña. El título del documental recoge las palabras con las que el malogrado montañero navarro definía su experiencia en la montaña. «La vida sin la muerte no tiene sentido», se escucha decir a Ochoa de Olza en el documental, que incluye material rodado por el navarro unos pocos días antes de enfermar en el Annapurna, la décima cumbre más elevada de la Tierra, con 8.091 metros.

A lo largo de sus 81 minutos de metraje, quienes participaron en el rescate relatan cómo se desarrolló. También, sus sentimientos. «No podíamos decir 'no hay opciones' y tomar otra cerveza», explica el montañero suizo Ueli Steck, que había conocido a Ochoa de Olza ese mismo año en el campo base y se convirtió en la última persona que le vio con vida tras subir hasta donde se encontraba nada más recibir el mensaje de auxilio. Nada pudo hacer por Iñaki, al que no se le podía mover.

El 19 de mayo de 2008 el montañero navarrro se dio la vuelta a 200 metros de la cima del Annapurna. No veía clara la situación. Horia Colibasanu se fue con él y Alexey Bolotov siguió adelante. Pero nada más llegar a la tienda que habían instalado a 7.400 metros de altitud, Iñaki se desplomó. Colibasanu avisó por radio al campo base. El día 23 de ese mismo mes, Iñaki fallecía. Su cuerpo encontró eterno descanso en ese mismo lugar, por expreso deseo de su familia, que retomó la actividad solidaria del navarro a través de una fundación que lleva su nombre y que ayuda a los niños más necesitados.

Estrenado este mismo año, el documental sobre su rescate constituye, asimismo, una invitación a la reflexión. «No es cierto que vayamos allí (a la montaña) a morir, vamos allí a probar el verdadero sabor de la vida», recalca el médico polaco Robert Szyme. Y esa vitalidad también se refleja en este trabajo. «En el montañismo hay muchas personas de diferentes países. Pero somos todos de un mismo país: la montaña», sentencia el kazajo Denis Urubko, quien tras bajar de la cima se integró en uno de los equipos de rescate-se trató hasta de hacerle llegar una cámara hiperbárica- e intentó sin éxito llegar hasta Ochoa de Olza junto a Don Bowie y Bolotov.

El Annapurna, el 'ochomil' con mayor índice de siniestralidad, se cobró aquel mes de mayo una víctima más. A un experimentado montañero que reconocía que «los niños son los únicos que no me preguntan nunca por qué lo hago. Lo ven natural».


Cronica del diario El Comercio de Gijón.