jueves, 23 de febrero de 2012

Jitu de Escarandi-Casetón de Ándara-Vao de los Lobos-Jitu Escarandi


El macizo de Ándara es el menos visitado de los tres que componen los Picos de Europa, así que para despedir el año 2011 el día 28 de diciembre nos fuimos María y yo hasta dicho macizo. Es el macizo con las montañas mas bajas de los Picos de Europa pero no por ello menos espectaculares, en el interior de dicho macizo se encuentran varios restos de antiguas explotaciones mineras (minas de Mazarrasa, Evangelista, La Providencia,...) también son abundantes las bocaminas algunas de ellas tapadas para impedir la entrada del ganado, actualmente uno de los barracones donde pernoctaban los mineros después de su duro trabajo es hoy en día un pequeño refugio, llamado el refugio del Casetón de Ándara.
El punto de partida para esta ruta es el Jitu de Escarandi, para llegar a este punto primero nos acercamos a Arenas de Cabrales, donde nos metimos un buen desayuno para coger fuerzas a eso de las nueve y media de la mañana, desde aquí cogemos la carretera que se dirige a Poncebos y una vez en Poncebos cogemos una carreterina a la izquierda al lado del funicular, que en fuerte subida nos conduce hasta Sotres, una vez en Sotres seguimos la pequeña carretera que se dirige a Tresbiso y como a unos cuatro kilómetros encontramos el Jito de Escarandi con un pequeño aparcamiento y unos paneles informativos de las rutas que se pueden realizar.
Nos abrigamos bien ya que cuando aparcamos el coche marcaba unos cuatro grados bajo cero, saludamos y charramos un poco con otro par de grupos que también estaban aparcando cuando llegamos nosotros y sin mas perdida de tiempo emprendemos nuestra ruta de hoy con un cielo totalmente despejado y pegando ya los primeros rayos de sol.
La ruta en su totalidad está perfectamente indicada y en un día despejado no hay ningún problema tan solo tenemos que seguir el antiguo camino que hacían los mineros con sus carros para trasportar el mineral de las minas de la zona.
Lo dicho cogemos la ruta ascendente señalizada con el nombre de «Ruta de Ándara», increíble la poca nieve que hay para ser diciembre y la poca que hay está totalmente congelada así que en las zonas con sombra que son abundantes prestamos mucha atención ya que las placas de hielo nos acompañaran casi durante todo el camino, impresionante la bofetada que yo me di, pero lo siento no hay foto, otra vez será.
Nada mas pasar las primeras revueltas y siempre en suave subida ya podemos apreciar el Pico Moncondiu y algo mas tarde también contemplamos la Pica del Jierro que este mismo año hice con el grupo Torrecerredo de Gijón.
Poco a poco seguimos ganando altura y con los primeros rayos de sol que ya calientan y el esfuerzo de la subida tenemos que parar a quitar un poco de ropa porque la sudada ya es impresionante al haber salido tan abrigados.
Seguimos ahora por el margen de la canal de las Vacas y al poco ya podemos divisar a lo lejos el refugio «Casetón de Ándara» (1.715m)


Vistas desde el aparcamiento del Jito de Escarandi.






Primera parte de la ruta dirigiéndonos hacia el casetón de Ándara.



El Moncondiu al fondo.



Nos acercamos al refugio donde ya estaban un pequeño grupo de montañeros los cuales solo se habían acercado para despedir el año con el guardia del refugio y volvían a bajar al Jitu de Escarandi como llevaban haciendo durante 18 años según nos contaron, allí nos juntamos todos y después de saludar también al guardia, un tío súper amable y simpático y de que nos enseñara el pequeño refugio por dentro, nos indicó la ruta que teníamos que seguir nosotros y nos despedimos de todos ellos y proseguimos nuestro camino.
Desde el refugio cogemos una pista que sale a mano izquierda con una señal indicadora que trae "PR-PNPE-28" y que no tiene ninguna perdida, ahora el camino ya es todo en suave descenso siguiendo otro trazado realizado por los mineros en otra época.
Según vamos descendiendo va desapareciendo poco a poco la poca nieve que hay para estar en las fechas que estamos, a lo lejos ya podemos ver perfectamente Tresviso y toda la cordal que le rodea ya que el día seguía totalmente despejado y a esta hora el sol se agradecía para caminar aunque la temperatura seguía siendo bastante baja, no creo que hallamos superado los dos grados en toda la ruta.
Llegamos ahora a un mirador donde la pista se bifurca (1.640m), seguimos por el camino de la izquierda, aunque no hay ningún problema porque hay una señal que nos indica el camino a seguir, la pista sigue siendo cómoda y todo el tiempo en suave descenso.
Después de dar por concluida la zona de nieve, pero no la del hielo porque los charcos de la senda eran verdaderas pistas de patinaje y en alguna ocasión teníamos que caminar por el borde de la senda ya que atravesar las placas de hiel o era labor imposible.
Entramos ahora en un bonito bosque de hayas llamado «Vao de los Lobos» (1.135m), tras un pequeño paseo por el hayedo llegamos a una fuente donde tenemos que abandonar el camino principal y hacer un brusco giro a la izquierda par coger otro camino indicado perfectamente, si siguiéramos el otro camino nos llevaría hacia el pueblo de Bejes..
Seguimos en descenso sin abandonar el hayedo, donde encontramos un desvío a la derecha el cual no tenemos que coger y que se dirige hacia la majada de la Cerezal.
Pasamos ahora por una zona llamada el «Hayedo del Valdedienzma», nada mas pasar esta zona atravesamos una formación rocosa y empezamos a caminar en fuerte subida en zig-zag para muy lentamente ir ganando altura y en no mas de mida hora llegar otra vez justo al aparcamiento del Jitu de Escarandi, donde damos por finalizada esta estupenda ruta de montaña que hicimos en cuatro horas y media y sin ninguna dificultad.

Pablo Lara.



Entrada hacia en la zona del refugio, esta vagoneta nos indica lo que hubo aquí en otros tiempos.



El refugio del Casetón de Ándara.


El guarda charrando con un par de montañeros que llegaron antes que


Dejamos el refugio atrás y nos ponemos marcha hacia Vao de los Lobos.


Según perdíamos altura hacia la parte baja de la ruta, la nieve cada vez estaba menos presente.



La Gallega Sotres


Después de terminar la ruta nos bajamos hasta Sotres para tomar un tentempié y siempre que haya un bar-tienda siempre pararé en el a tomarlo, aparte de porque son una de mis debilidades, es como volver a la Asturias profunda y perdida y que nos sirve para recordar otros tiempos ya pasados, es una pena porque son una especie en extinción desgraciadamente.
Aquí en Sotres esta el bar-tienda mas famoso de toda la montaña asturiana que no es otro que el bar-tienda La Gallega, cuanto tiempo hacía que no paraba por aquí y que recuerdos de la famosa Gallega hoy ya fallecida y de su inconfundible empanada de pulpo que tantos montañeros comimos aparte de sus inconfundibles potes y guisos y sus magníficos quesos de Picón.
Dicen los montañeros ya veteranos que la Gallega junto con Guillermina la de Bulnes eran las abuelas de todos los montañeros que por allí se acercaban ya que esta buena señora te curaba las heridas que te hacían las botas te dejaba ropa si te había cogido el agua y tenía igual que ahora si lo necesitabas de todo en este magnífico local , calcetines, tiritas, calzado de repuesto, linternas, pilas y un largo etcétera que te servía para salir de cualquier apurón que te surgiera en el monte.






Ahora al frente de este magnifico bar-tienda que es sin duda uno de los mas bonitos de Asturias está su hija Ana, cuando llegamos a eso de las tres de la tarde, allí estaba ella atizando la cocina de carbón para tener bien caliente el bar, le pedimos un par de vinos y una buena ración del queso que ella trae del cercano pueblo de Cantabria de Tresviso, un queso exquisito y de una textura y sabor parecidísima al Cabrales.
La buena mujer allí se sentó con nosotros y empezó a contarnos anécdotas y acontecimientos que a lo largo de los años habían pasado por el pueblo y por el bar-tienda que incluso nos dijo que se había celebrado una boda allí ya que por la nevada tan impresionante que había caído no pudieron bajar a Arenas de Cabrales y la tuvieron que celebrar en el pequeño establecimiento, también nos contó que la luz había llegado al pueblo de sobres en el año 82, parece increíble.
Bueno pues desde aquí un abrazo muy fuerte para Ana y que siga con el bar durante muchos años y vendiendo ese impresionante queso que al final no resistí la tentación y me lo compré para llevar a casa.